Verónica Rodríguez nos envió esta fotografía en la que se ve plasmada una enorme y delgada mano, cuando la vio sin pensar trató de limpiarla pero no pudo hasta que de un día para otro desapareció. Además nos comenta que cuando se acababan de mudar a ese departamento, una vecina le comentó que por la ventana alguien se asomó con un rostro de odio y una mirada penetrante, en eso llegaba Verónica y su familia de la calle y le comentaron a su vecina que en su casa no había nadie por lo que no pudo haberse asomado alguna persona.