Siguiendo su último deseo, fue enterrado en un automóvil en lugar de un ataúd. Esto ocurrió en la ciudad de Baoding, al norte de China. El modelo elegido para el entierro fue un Hyundai Sonata, el cual fue comprado por 10 mil yuanes, alrededor de 30 mil 680 pesos. La familia pidió al personal del cementerio que cavaran un hoyo grande para que no hubiera problema en enterrarlo dentro de un carro.