Hace 50 años en la selva amazona ecuatoriana un murciélago mordió al escritor y periodista español Alberto Vázquez Figueroa y desde ese entonces no se ha enfermado. Fue a la selva a escribir uno de sus libros y en su trayecto se encontró con farmacéuticos que investigaban dicho misterio. Una mañana al despertar se percató de que había sido mordido, ya que a su lado se encontraba un charco de sangre. Aquí hay que aclarar que los murciélagos muerden y regurgitan la sangre de su víctima, por eso el charco de sangre. Se cree que esa es la respuesta del misterio de esa selva, ya que sus habitantes de ese lugar llegan a vivir hasta más de 100 años y los investigadores del tema han estado muy pendientes de esto ya que al parecer la mordida de un murciélago es la clave para una vida sana y podría ser esta la verdadera versión del vampirismo. Los murciélagos al morder a un humano inyectan un patógeno que ayuda a prolongar la vida y elimina las enfermedades que pueda poseer pero también pueden contagiar la rabia afectando al cerebro, pero esto último no es el caso de los murciélagos habitantes de la amazonia.