Cuenta la leyenda que una madre amorosa tenía dos lindas hijas gemelas, las tres compartían no solo el hogar sino los mismos gustos y aficiones, les gustaba estar juntas leyendo, cocinando y jugando, vivían en un pequeño poblado y su casa se encontraba cercana a una carretera, las niñas eran muy alegres y gustaban de ir al Colegio, donde tenían buenas calificaciones y gozaban de gran aceptación; una mañana la madre preparó el desayuno, como todas las mañanas antes de irse al Colegio, y salieron a la calle apresuradas y las niñas como siempre caminaban tarareando una canción y agarradas de la mano de su mamá, de repente sonó el teléfono de la mamá, ella sacó el teléfono de su bolso y al percatarse que la llamada era de su trabajo respondió rápidamente, su interlocutor le pidió que acudiera de inmediato a la oficina ya que había ocurrido algo grave, así que decidió que las niñas continuaran caminando solas hasta el Colegio, la madre pensó que no habría ningún problema ya que conocían muy bien el camino, por lo que se despidió de ellos, las besó en la frente y les pidió que caminaran con mucho cuidado, no dejó de repetirles que tuvieran cuidado y que no se soltaran de la mano al cruzar, dio la vuelta y después de dar unos pasos, escuchó un ruido terrible, muy fuerte, seguido de un fuerte frenón, por lo que la madre volteó de inmediato y se percató que en el accidente estaban involucradas sus pequeñas gemelas, los cuerpos de las dos pequeñas yacían inertes bajo un camión y ambas estaban agarradas de la mano, éste accidente marcó la vida de la madre, la sumió en una profunda depresión, el pesar de la madre fue infinitamente grande y llegó a pensar que su dolor nunca sanaría, sin embargo, un par de años después logró embarazarse nuevamente, con esto consiguió salir de la depresión, por ironía del destino, estaba embarazada nuevamente de gemelas, y gran sorpresa se llevó cuando nacieron y pudo darse cuenta del asombroso parecido con sus hijas fallecidas, este parecido no solo sorprendió a la madre sino a todo aquél que conocía a las gemelas, a medida de que las pequeñas crecían, la madre era más protectora, le aterraba la idea de que pudiera perderlas, hasta que un día, de camino al colegio, las gemelas se adelantaron y corrieron, la madre las observaba atenta, y las alcanzó tomándolas bruscamente de las