El casino del Diablo es una famosa leyenda del Estado de Sonora, sucedió en Hermosillo el 31 de Diciembre de 1957, fecha en que se iba a dar un gran baile de fin de año, tocaría una de las mejores orquestas de la época, así que todas las muchachas no hallaban la hora para tener el vestido para la fiesta, ese día una joven de 16 años llamada Linda, tenía muchas ganas de ir al baile, tanto que duró días buscando el mejor vestido y tardó varias horas en arreglarse para convertirse en la joven más bonita del lugar, pero cuando ya estaba lista, fue a avisarle a su mamá, quien estaba en cama pues se sentía mal, y ésta le dijo que no iría al baile ya que no le había pedido permiso con anterioridad, y además se sentía muy mal, Linda insistió pero su mamá le replicó que era noche de Año Nuevo y tenía que pasarla con su familia, Linda se molestó mucho porque no podría ir al baile, se fue a su cuarto y duró horas encerrada hasta que no aguantó más y se escapó por la ventana en compañía de sus amigos que ya la esperaban afuera de su casa, al llegar al casino, lugar donde se llevaría a cabo el baile, todos los asistentes volteaban a ver a Linda ya que era la joven más hermosa de la noche y a partir de ese momento le llovieron proposiciones para bailar, pero Linda no aceptó ya que ella esperaba al hombre más guapo y caballeroso, de pronto entre la multitud salió un guapo muchacho de cabello negro, ojos enormes, vestido elegantemente, y al que nadie conocía, éste apuesto joven invitó a bailar a Linda y ella aceptó rápidamente y se fueron al centro de la pista a bailar, ahí bailaron toda la noche, pero a media noche se sintió mucho calor, Linda sintió que algo la quemaba en su espalda, volteó a ver y miró una mancha en su vestido, así que decidió ir al baño a quitarse esa mancha pero al llegar y verse bien el vestido aquella mancha no era una mancha, tenía pintada la mano de aquel apuesto y caballeroso hombre, la mano estaba marcada en su vestido, pero pensó que era una simple mancha de su mano, así que volvió a la pista de baile y terminó de bailar con aquel hombre, después de que hubo un fuerte olor a azufre, comenzó a aumentar la temperatura y todas las personas que estaban presentes en el baile miraron hacia el centro de la pista y ante sus ojos vieron una pata de gallo y otra de cabra que les salían al joven del pantalón, en esos momentos Linda se desmayó de la impresión y