La terrible historia de una belleza que mata.

María Teresa de Landa y de los Ríos, fue la primera Señorita México, con tan solo 18 años de edad ganó el concurso de Señorita México el 19 de mayo de 1928, dicho concurso se llevó a cabo en la Ciudad de Galveston, Texas, la juventud, elegancia, porte y belleza de María Teresa hizo que se volviera objeto de varias propuestas laborales, algunas  incluyendo Hollywood, pero la Miss México rechazó todas las propuestas porque ella deseaba casarse con su eterno enamorado el general revolucionario Moisés Vidal Corro, quien tenía 34 años de edad, tras la boda la feliz pareja se fue de  vacaciones a Veracruz, eligieron ese destino ya que el general era originario de dicho estado y dividía su tiempo entre la capital y el paradisiaco puerto, después de la luna de miel la pareja vivió en la Ciudad de México en la casa marcada con el número 119 de la calle de Correo Mayor en el Centro Histórico, ya instalados en su nuevo hogar, la dulce historia de amor se tornó un tanto agria y hostil, ya que María Teresa se convirtió en una prisionera, el General no la dejaba salir, y dentro de la casa no tenía contacto con persona alguna ni con el exterior, también tenía prohibido leer el periódico, pues el General consideraba inmoral que una mujer leyera sobre los crímenes que lastimaban a la sociedad, pero el 29 de agosto de 1929, María Teresa tuvo la oportunidad de leer un periódico, fue al despertarse que leyó el periódico Excelsior, mismo periódico que había organizado un año antes el concurso de belleza del que había resultado ganadora, al leerlo se encontró con una nota de la cual era protagonista su esposo, una mujer veracruzana de nombre Maria Teresa Herrejón estaba demandando a su esposo el General Moises por bigamia, esta noticia aturdió por completo a la reina de belleza, desesperación y tristeza recorrían su cuerpo y la ira y la decepción nublaban sus pensamientos por lo que tomó el arma Smith & Wesson para suicidarse, pero antes pensó hablar con su esposo, comenzó la platica y siguieron los reclamos, y lejos de que el general Moisés diera una explicación, comenzó a burlarse, Maria Teresa sintió que la sangre le hervía y que su vista se nublaba, fue entonces que vació el cartucho sobre su esposo y luego intentó quitarse la vida, pero como ya le había dado 6 tiros a su esposo ya no había balas, y solo le quedó contemplar sobre el sillón a su esposo muerto al cual arrepentida le pedía perdón, el juicio popular en su contra inició en noviembre de 1929, acudió vestida con elegancia, de negro por el luto que vivía pero como una auténtica reina de belleza, la gente clamó por su libertad y así fue, el 15 de diciembre de 1929, medio millón de personas siguieron el juicio por la radio, se colocaron bocinas en la calle de Humboldt y Avenida Juárez para que los transeúntes escucharan los alegatos y esa tarde resultó exonerada, pues no fue vista por el jurado como una asesina sino como una víctima de las circunstancias, Maria Teresa de Landa declaró Todo mi albedrío estaba en sus manos, el jurado concluyó que había actuado en defensa de su honra y el fallo fue recibido con una ovación, la casa de Correo Mayor permaneció vacía y ya en total abandono se dice que se escuchan sollozos y se han visto siluetas, estas apariciones permanecieron aún con los nuevos inquilinos la familia Zabludovsky, quiénes refirieron sucesos paranormales en el lugar, Maria Teresa de Landa se dedicó a la docencia y destacó en Filosofía, Ética e Historia, consiguió el grado de doctorado, y dio clases en la preparatoria número 1 de la Universidad Nacional Autónoma de México y falleció en el año 1992.

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