Es una rama de la magia, generalmente de la magia negra, relacionada con el arte de la adivinación, es una práctica antigua, común en la tradición mística o sobrenatural de varias culturas. Las sesiones espiritistas en las que se busca responder preguntas mediante la intervención de un espíritu, son un ejemplo de nigromancia moderna. Se encarga del control de los muertos y de la adivinación a través de la consulta e invocación a los seres del inframundo con el único fin de obtener mayor conocimiento y vaticinar el futuro; dado que el nigromante acude a entes conocidos como espíritus operativos o espíritus de adivinación para conocer el futuro, está práctica se relaciona más con los chamanes que con los brujos. Actualmente la nigromancia es practicada en religiones de origen africano como el vudú, el palo mayombe y ciertas ramas del espiritismo y la santería. Es bien sabido que el poder de la nigromancia proviene de la magia oscura. Esta magia proviene del caos, y es la más pesada y densa de las energías mágicas. Por eso se recomienda tener mucho cuidado con éstas prácticas ocultas. Porque uno no sabe que puertas se puedan abrir.
De hecho en la ficción (como películas, series o incluso los animes) los nigromantes suelen ser personajes que poseen un profundo conocimiento de la magia negra, hechiceros poderosos que estudian toda una vida para poder controlar a los muertos vivientes, comunicarse con los espíritus y animar sus cadáveres. El nigromante es entonces un tipo de hechicero especializado en esta práctica, que tiene la capacidad no sólo de ver el mundo de los muertos, también puede reanimarlos y ser su amo (Está un poco ligado a lo que platicábamos el viernes sobre la Zombificación de Haití); para ello suelen profanar tumbas o invocar a los muertos a través de rituales espirituales usando pociones mezclada con hierbas. Incluso en la biblia se habla de éste tema. El caso clásico de nigromancia es el de la bruja de Endor, descrita en la Biblia (1 Samuel 28), donde ésta invocó al espíritu de Samuel en presencia de Saúl. Ya en el Deuteronomio se previene contra la práctica cananea de practicar la adivinación mediante el recurso a los muertos. La nigromancia ha estado presente a lo largo del tiempo y se ha retratado en múltiples escenarios, incluso en la obra literaria de La Odisea, o en los libros y películas de Harry Potter. Así que no debería ser un tema tan extraño para todos nosotros.
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