Krampus no nació con Santa Claus. Leyendas europeas afirman que su historia se remonta a cultos paganos anteriores al cristianismo, cuando se temía a los seres mitad bestia, mitad demonio. Algunos textos lo describen como hijo de Hel, la diosa nórdica del inframundo, y lo más perturbador: no fue creado como castigo, sino como recolector.

