Beverley Gail Allitt, es una asesina en serie inglesa y una de las más sangrientas de la historia de Inglaterra, también catalogada como una de las 10 mujeres más malvadas del mundo. Beverley nació el 4 de octubre de 1968 en Lincoln, Inglaterra, durante su época de estudiante frecuentaba el hospital Grantham y Kesteven como paciente por heridas que se producía en las manos, exhibiendo de forma normal vendajes sobre supuestas heridas que pocas veces permitía examinar, aunque no se graduó como enfermera, consiguió plaza temporal en el mismo hospital en el que solía tratarse, el Grantham y Kesteven concretamente, en la unidad de pediatría, entre febrero y abril de 1991, 3 niños de la unidad 4 murieron por paros cardíacos en espacio de unas semanas y la elevada tasa de mortandad levantó las sospechas, pero el Hospital indago muy poco sobre el asunto, por lo que hubo una cuarta víctima y fue cuando las sospechas recayeron sobre Beverley Allitt, quién había lesionado a otros 13 niños ingresados en ese hospital, la autopsia de las víctimas fue determinante en el juicio contra Beverley Allitt. No obstante, fue el modus operandi el que puso el foco de la investigación sobre la enfermera, todos los niños habían ingresado en la sección cuarta del Grantham y Kesteven con síntomas dispares. Sin embargo, las trece víctimas sufrieron paros cardiorespiratorios en el turno de Beverley, más tarde se demostraría que las víctimas mortales presentaban rastros de medicamentos no prescritos ni registrados en sus tratamientos y al buscar los registros de los turnos de enfermeras, estos habían desaparecido. Con el tiempo, estos fueron encontrados en poder de Beverley Allitt aunque las páginas que hubieran demostrado su culpabilidad habían sido alteradas y algunas destruídas, en mayo de 1993, en Nottingham Crown Court, recibió 13 condenas a cadena perpetua por los crímenes, se determinó que era un peligro para la sociedad y su readaptación social casi imposible, por lo que era poco probable que fuera liberada, fue recluída en el Hospital Rampton Secure en Notthinghamshire, ya que se consideró que mostraba síntomas de trastorno facticio, también conocido como el síndrome de Münchhausen por poder o por delegación, un trastorno mental que podría explicar sus acciones, aunque los motivos de Allitt nunca han sido plenamente explicados, durante el juicio Beverley Allitt se mostró fría, poco expresiva, no mostró arrepentimiento ni tristeza, no había miedo en su mirada ni dolor, nunca expresó los motivos de tan atroces crímenes y en el hospital los padres de las víctimas no podían dar crédito de lo que estaba sucediendo, ya que el comportamiento de Beverley había sido ejemplar y amoroso, realmente se había comportado como un ángel en el cuidado de los niños que ingresaban al área de pediatría del Hospital, pero lo que pasaba por la cabeza de aquella joven y dulce enfermera al momento de cometer sus crímenes será el secreto que se llevará a la tumba Beverley Allitt, “el ángel de la muerte”.
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