Los hoteles suelen guardar energìas de los huèspedes que los pernoctan, pero los hoteles màs antiguos guardan historias de verdadero terror como lo es el caso del Hotel Cismigiu en Rumania, ubicado en el centro de Bucarest, este Hotel anteriormente fue un Palacio construido en 1912 y contaba con 200 habitaciones, fue uno de los hoteles más grandes de la Ciudad, las habitaciones estaban decoradas con papel de oro y los hombres mas acaudalados de Europa se hospedaban ahí. En el año 2015 el edificio fue comprado y restaurado por una empresa española y en la actualidad ahì se encuentra el Instituto Cervantes de Bucarest y una famosa cervecerìa llamada “Gambrinus”. Aunque la arquitectura del lugar es realmente hermosa es imposible olvidar la leyenda que lo rodea; se dice que la buena ubicación del Hotel condujo a la máxima explotación de este grandioso palacio, que durante la época comunista no recibió las renovaciones necesarias y tuvo que cerrarse en 1970, después de la Revolución en 1990, el edificio fue entregado a la Academia de Teatro y Cine, sirviendo como hogar para los estudiantes, quiènes los fines de semana se iban hacia sus casas en los pueblos, pero un fin de semana una joven estudiante de la República de Moldavia tuvo que quedarse en la capital y sufriò un terrible accidente al caer por el hueco del ascensor, aunque la caìda fue terrible la joven estudiante no muriò al momento y soportò por dos dìas horas de terrible angustia mientras gritaba pidiendo ayuda, pero nadie la escuchò ya que el edificio se encontraba vacìo, por lo que al no ser auxiliada finalmente falleciò y su cuerpo fue encontrado el lunes por la mañana en condiciones deplorables, la joven intento escribir con su propia sangre, pero tenia sus manos rotas. Tiempo después del desafortunado evento, muy a menudo en el hotel se escucharon gritos DESGARRADORES que provenían del hueco del ascensor. Varios investigadores de fenómenos paranormales realizaron experimentos analizando las variaciones electromagnéticas, y concluyeron que era un caso real Paranormal, y afirmaron que las emociones vividas en un espacio no se pierden, quedan ancladas, y de ahí que algunos edificios como este se encuentren como malditos o encantados.
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