En el suroeste de Texas, hacia San Antonio, encontrarás la intersección de Villamain y Shane, es allí, (justo en Shane Road) donde se encuentran las vías del ferrocarril embrujadas, esta intersección está manchada de sangrientas historias, a finales de los años 30, para ser más precisos en el año de 1938 sucede quizá la más trágica de ellas, un terrible accidente que mató a 30 niños, una noche particularmente oscura, una monja conducía un autobús escolar, el camión iba lleno de pequeños que pretendían regresar a casa después de una excursión, el autobús era conducido hacía Shane Road y al llegar al cruce del ferrocarril se detuvo en las vías, se detuvo de manera intempestiva e inesperada, la mayoría de los niños iban durmiendo y no se percataron de éste hecho, en tanto la monja intentaba prender nuevamente el motor para avanzar, pero de repente entre la abrumadora oscuridad apareció un tren, este tren no traía faros ni anunció su llegada, ante la temeraria presencia del tren no hubo oportunidad de evacuar a los niños por lo que la monja desesperada hizo un último intento por reiniciar la marcha del autobús pero no hubo tiempo y el tren se estrelló contra el autobús y lo partió por la mitad, y la monja salió disparada por el parabrisas y milagrosamente sobrevivió, pero los pequeños no tuvieron la misma suerte y murieron al instante, la monja permaneció en el Hospital por una semana y al salir del mismo terriblemente afectada por lo sucedido y llena de una terrible culpa regresó al lugar del accidente, ahí no soportó recordar el accidente y se suicidó, estacionó su vehículo sobre las vías y espero la llegada del tren, pero mientras esperaba el tren empezó a escuchar las voces de los niños y de manera increíble el vehículo fue sacado de las vías y la monja fue puesta a salvo, la monja enloqueció aún más ya que no había nadie en el lugar que pudiera haber empujado su carro para ponerla a salvo y el mismo tenía huellas de manos, pero al mirarlas detenidamente se percató que eran huellas de manos pequeñas, por lo que pensó que sus alumnos la habían salvado, ante éste hecho tan sorprendente, la monja vió una señal de vida y un propósito, por lo que puso una escuela para huérfanos y ahí dedico toda su vida, desde ese día se dice que si alguien estaciona su automóvil en las vías del ferrocarril en Shane Road, los niños fantasmales empujarán el vehículo a un lugar seguro, ya que están decididos a asegurarse de que nadie tenga el mismo destino cruel y trágico que ellos tuvieron, esta leyenda ha crecido tanto a lo largo de los años que los turistas viajan al cruce del ferrocarril en Shane Road para ser testigos de este fenómeno e incluso esparcen talco en la parte trasera de su automóvil, para poder ver las huellas de las manos después de que su vehículo se salga de las vías, y existen muchos testimonios que afirman este hecho, y otros testimonios dan cuenta que han visto apariciones en el lugar y han escuchado ruidos estremecedores de un tren que se aproxima así como el silbido del vapor y el rechinido de las ruedas, pero ese tren nunca aparece, parece como si hubiese desaparecido en la oscura noche.
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