Una de las historias más populares del Estado de Oaxaca es la de “La llorona”, esta gran historia de amor trascendió a través de una canción zapoteca escrita y nacida en la comunidad zapoteca del istmo de Tehuantepec, se dice que la historia de un gran amor surgió hace muchos años cuando un joven de Tehuantepec fue a una fiesta en la comunidad vecina llamada Juchitan y ahí conoció a una chica muy hermosa que salía de la iglesia vistiendo el famoso traje regional istmeño llamado huipil, este traje resaltaba aún más su belleza y el joven quedo prendado de su belleza, desde ese momento fue su más fiel admirador y se dedicó a conquistar a la joven, pasó el tiempo y consiguió la aprobación de los padres, iniciaron un lindo noviazgo y después lograron consolidar su amor casándose, pero en esos tiempos los vientos de la revolución soplaban en Oaxaca, eran los años de 1910 y 1911 y el joven tuvo que irse a combatir a la guerra, antes de partir le diría a su amada: “Recuerdo el día que fuimos al río y las flores del campo parecían llorar, Contigo las nubes de mi cielo no son nada, incluso el solo compite con tu sonrisa, la guerra me está llamando por que La Paz de nuestro país ha sido robada, volveré a ti y por nuestra futura familia nunca dejaré de amarte, en esta vida y en la muerte”, y al partir y despedirse de ella, el llanto corrió por sus ojos y los suspiros de dolor invadían el rostro de su amada, mientras hablaban él la tomaba de las manos al mismo tiempo que le limpiaba las lágrimas que caían por sus mejillas y entonces la llamo “llorona” porque no paraba de llorar sabiendo que quizás, no volvería a ver a su esposo, en esa despedida besos y promesas volaron por el aire y él juro que volvería por ella en vida y en la muerte, pasó el tiempo y un día un amigo mutuo de ellos regresó al pueblo y le dijo: tu esposo fue alcanzado por las balas y las heridas eran tan terribles que fue imposible salvarlo, pero mientras agonizaba me pidió que te dijera que siempre te amará y que por favor lo perdone, y le entregó una carta que decía: “. . .Salías del templo un día llorona cuando al pasar yo te vi, hermoso huipil llevabas llorona que la Virgen te creí en el cielo nace el sol mi llorona y en el mar nace la luna y en mi corazón nace llorona, quererte como ninguna, aunque me cueste la vida llorona, no dejare de quererte, Ay de mi llorona . . . También de dolor se canta llorona, cuando llorar no se puede, no llores prenda querida, te esperare en el horizonte cada madrugada . . .” , ella lloraba todo el tiempo por esa carta y nunca volvió a casarse por que esperaba reunirse con su amado en el paraíso y cumplir con su promesa, al poco tiempo nació su bebé y cada 30 de octubre cenaban juntos, una esposa y un hijo en la tierra de los vivos y un esposo del reino de los muertos, hasta que la gran águila los junto nuevamente, el tiempo pasó y la historia fue escrita como una canción folklórica la cual ha trascendido todo este tiempo, ésta gran historia de amor está tan arraigada en el Estado de Oaxaca que hay personas que dicen que la llorona zapoteca aún ronda las calles con su lindo huipil.